La rinoplastia encabeza la lista de los procedimientos estéticos quirúrgicos más populares en Latinoamérica. De acuerdo con la International Society of Aesthetic Plastic Surgery, es la cirugía de mayor demanda en Estados Unidos, con más de dos millones de intervenciones por año, país seguido por Brasil y China. México no se queda atrás al ocupar el quinto sitio en emplear tales técnicas, y este método es uno de los tres más comunes, afirma el médico cirujano Francisco Pérez Chávez, miembro de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva.
Y es que operarse la nariz dejó de ser un proyecto inalcanzable, y la tendencia es buscar resultados que dejen atrás la evidencia del paso del bisturí. Para conseguirlo, los expertos se han convertido en consultores que concilian las necesidades y los gustos de los pacientes, además de aliarse a la tecnología de simulación para asegurar que los candidatos experimenten resultados exitosos frente al espejo. Según un estudio realizado por la Universidad de Florida, la mayoría de las personas que se someten a una práctica de este tipo experimentan un incremento en la autoestima al producir beneficios psicológicos importantes, y también afirma que esta intervención influye de manera directa en el estado emocional.
Una alternativa fuerte
El famoso método es capaz “de corregir cualquier imperfección o incluso, llevar a cabo una reconstrucción completa”, afirma el experto. El objetivo es darle un aspecto natural a la nariz, como si nunca hubiera sido tocada, para balancear el aspecto de la paciente. “El diseño de esta zona se basa en el tipo de rostro de cada candidato y de su género. Por ejemplo, lo estéticamente recomendado en las mujeres es que el dorso sea de uno a dos milímetros más bajo que la punta, o bien, el ángulo nasolabial (el cual se forma entre la nariz y los labios) sea de 95 a 105 grados”, asegura el doctor Edgar Felipe Diaz. Por otra parte, existe una alternativa menos invasiva: rinomodelación.
La nueva era de los simuladores 3D
La primera consulta es definitoria, ya que el experto explica las opciones, técnicas y soluciones. Se resuelven dudas y se realiza una proyección de cómo quedaría la futura nariz. Para acercarse a los resultados deseados, hoy día los cirujanos plásticos recurren a un simulador en tercera dimensión (el más utilizado es Vectra H1, el cual produce imágenes en 3D y usa diferentes sistemas para medir volumen, alisamiento o compresión de distintas partes del rostro). “Uso este sistema para que la paciente vea si los cambios son cercanos a sus expectativas. Me permite mostrarle mi sugerencia como profesional, pero también escuchar lo que ella espera. Es así que llegamos a la toma de decisiones, la cual puede ser tanto de la persona a intervenir, como del médico”, afirma. Para complementar el diseño, los especialistas realizan otros estudios morfológicos, en especial cuando se tienen problemas respiratorios, que incluso pueden ser corregidos en la misma operación.
La edad ideal para dar el paso
La adolescencia es el momento adecuado para someterse a esta operación. No es ningún secreto que muchas chicas de esta edad prefieren iniciar los estudios superiores con una nueva nariz. Y va más allá de un mero capricho. De acuerdo con el doctor Pérez, lo ideal para realizarla es al concluir el crecimiento facial. “En el caso de las mujeres, esto ocurre cuatro años después de la menarquia (la primera menstruación), y en el tema de los hombres se presenta aproximadamente a los 16 años. No obstante, todos somos diferentes y puede haber variaciones respecto a estos parámetros”.
La preparación
Una vez tomada la decisión, el cirujano se encargará de realizar ciertos estudios de laboratorio para saber si la paciente es apta. Los más comunes son: exámenes de sangre, coagulación, orina y electrocardiograma, como también análisis de detección de enfermedades de transmisión sexual como el VIH y en dudas de embarazo, una prueba para confirmarlo. Asimismo, es importante evitar medicamentos que alteren o afecten el momento de la cirugía, por ejemplo, aspirinas o vitamina E, entre otros, ello para disminuir el riesgo de un mayor sangrado. El día de la intervención, bastará presentarse en ayuno, con la certeza de haber seguido todas las indicaciones del médico
La clave para optimizar los resultados
Como toda intervención, una buena recuperación es clave. “Las primeras dos semanas recomiendo a mis pacientes recostarse a 45 grados para evitar edemas, no mojar la férula que se coloca durante la cirugía y evitar movimientos bruscos con la cabeza, así como tomar los medicamentos indicados y reportar situaciones anormales”, afirma Pérez. En cuanto al tiempo de reposo, aconseja tomar dos semanas para evitar complicaciones o accidentes. Recordemos que cada convalecencia es distinta, y el resultado final se verá hasta pasado un año, tras terminarse el proceso inflamatorio.
¿Cuánto cuesta?
• Depende del especialista y del hospital, no obstante, el valor promedio de una rinoplastia con un cirujano plástico certificado y avalado por el Consejo Mexicano de Cirugía Plástica, es de 2,500 a 3,000 dólares (por honorarios médicos).
• En caso de países como Colombia l, el costo normal es de 2,500 a 3,500 dólares con pagos hospitalarios incluidos.
¿Quién es candidato?
• Es recomendable para personas con problemas respiratorios, algunas de ellas se pueden corregir con éxito.
• De acuerdo con el doctor Jorge Planas, cirujano plástico y director médico de la Clínica Planas en Madrid, España, la rinoseptoplastia funcional y estética consta de procedimientos como la septoplastia y la turbinoplastia. En el primero, se corrige el tabique nasal para mejoría estética y respiratoria, y en el segundo, se modifican los cornetes, que pueden tener un tamaño muy grande impidiendo el correcto¡ paso del aire; en ambos casos, aconseja tener la guía de un otorrinolaringólogo.
¿Qué esperar?
Existen dos técnicas: la cerrada, cuyas incisiones se realizan por dentro de la nariz, por lo cual no son notorias y es difícil encontrarlas, y la abierta, en la que se realiza un corte exterior, visible sólo durante los primeros meses posteriores a la cirugía.
Así, en ningún caso, la cicatriz debería ser evidente. “Es difícil que la zona en la que se realiza el corte (en el método de la rinoplastia abierta) cicatrice mal, por lo que la gran mayoría de las pacientes no la nota luego de tres meses. Mientras esto ocurre, es posible ocultarla con maquillaje”. ¿La prótesis es mejor opción? No, y es que el experto asevera que puede provocar daño a mediano o largo plazo, como la exposición de la misma. En este caso, él recomienda utilizar cartílago o hueso de la paciente.
SIN CIRUGÍA
En la rinoplastiano quirúrgica o rinomodelación, se utilizan materiales de relleno inyectables para modificar el aspecto de la nariz. El polimetilmetacrilato (mejor conocido como Metacrill) es la fórmula dérmica más empleada, aprobada por la FDA (Food and Drug Administration) para corregir pliegues nasolabiales. Al ser inerte, no representa riesgo de rechazo por el cuerpo. Se aplica en la punta de la nariz y se integra al cartílago, levantándola y funcionando como un sostén permanente e irreversible. En el momento que la sustancia ingresa, provoca una reacción inflamatoria para lograr su expulsión a corto plazo, lo cual no sucede debido al tamaño de su molécula; así, el organismo lo encapsula con fibras de colágeno. La operación tiene un costo aproximado de 750 a mil dólares y como todo procedimiento, debe realizarse con un cirujano plástico certificado. ¿Su ventaja? La corrección de deformidades sin anestesia y sin tiempo de recuperación posterior.
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